Combinando la diversión con el trabajo: la lectura comprensiva de Alberto

Alberto aprendió a leer con los niños de su edad. En infantil no se hizo hincapié en esta faceta, sus profesoras al igual que yo pensamos que en infantil hay cosas muy importantes que trabajar sin entrar de lleno en el aprendizaje lectoescritor.

Esto no significa que se les impida a los niños leer o escribir, pero se deben trabajar todos los preresiquisitos como son: la discriminación auditiva, la discriminación visual, la grafomotricidad, la presión y la prensión...y las palabras deben estar también presentes. Además hay aspectos en los que debe hacerse mucha labor en educación infantil: el juego, la imaginación la psicomotricidad, la expresión oral, la atención...Todo ello entremezclado con el mundo de los cuentos, las canciones, las rimas, la fantasía, los sentimientos...

¿Por qué todo el mundo parece obsesionado con tener pequeños loritos lectores, que cuando lleguen a primer ciclo de primaria se aburrirán pues si hay niños que aún no habían madurado en infantil para trabajar la lectoescritura su profesor empezará de nuevo desde cero el proceso?
Además sabrán leer, pero tienen sus manitas agarrotadas pues no han trabajado la motricidad fina y de esto en casa cada vez se hace menos (la mayor parte de los niños ahora no hacen manualidades en casa, ni tampoco colaboran con pequeñas tareas que les facilitaba el desarrollo motriz fino).
El mundo está llenito de mensajes escritos y un aula de infantil no debe ser menos, el aula de Alberto estaba etiquetada con palabras acompañadas de pictogramas, de esta forma los niños que de forma natural llegaron a leer, ya leían las etiquetas y los que no, también leían a través de los pictogramas.

Pero llegaba la educación primaria y con ella el miedo a que Alberto tuviese dificultades en aprender a leer. Hablamos con Rut (su terapeuta de BATA) sobre como comenzar a trabajar la lectoescritura, y tras sopesar los pros y los contras nos decidimos por un método mixto (lectura global de la palabra sumado a la descomposición de la misma en sílabas y en fonemas).
Comenzamos con palabras muy conocidas y atractivas para él y por lo tanto fáciles de memorizar (no nos podíamos olvidar de su gran memoria y percepción visual): su nombre, los nombres de sus amigos, papá, mamá,abuelo, abuela, pan, patatas... Mezclamos de todo un poco: alimentos,personas importantes para él, sus juguetes... Las leíamos globalmente acompañándolas del pictograma o la foto correspondiente. Luego las descomponíamos en sílabas y letras y las volvíamos a unir leyéndolas.
En poco tiempo comenzó a leer, pues los prerequisitos estaban bien trabajados y había madurado lo suficiente para empezar a leer. Paralelamente su profesora de primero y sus apoyos en el colegio también estaban trabajando desde 0 la lectoescritura en una línea similar con un método mixto. Cuando Alberto terminó primero leía mecánicamente todo con alguna dificultad en las sílabas trabadas (las formadas por dos consonantes como tra, pra, cla...).
En segundo se continuó con este trabajo pero era importante que él comenzase a leer por sí mismo y sobre todo que tuviese gusto por la lectura. Entonces recurrimos a sus intereses y a que siempre le ha gustado muchísimo que le leyésemos cuentos. Todos hicimos trabajo indirecto para fomentar este gusto por la lectura:
     Papá comenzó a comprarle en el quiosco las revistas infantiles que él mismo elegía, normalmente relacionadas con el mundo de los video juegos y de los dibujos animados, aunque también escogió en alguna ocasión revistas de animales.
     Mami de repente estaba muy ocupada cuando él quería que le leyese las pantallas que te explican como continuar un video juego de la DS o la WII (ved una entrada anterior en la que hablo de los beneficios de las vídeo consolas)
    Cuando le comprábamos cuentos lo importante era que fuesen muyyyyyyyyy atractivos para él, de sus intereses (angry birds, planetas...), no importaba en este momento tanto la calidad del contenido como que a él le atrajesen.
Y sobre todo dejarle tiempo, dejar todo esto a la vista sin otros distractores ( ni tele, ni ordenador, ni vídeo consolas) solo cuentos y revistas atractivas para él.
¡Y TODO ESTO FUNCIONÓ!
Pasamos de una mera lectura mecánica a una lectura comprensiva de muy buen nivel. Alberto comenzó a leer porque le apetecía, y compartía con nosotros lo que en sus revistas y libros ponía.
¡FUE UN MOMENTO MARAVILLOSO!
Aunque había que armarse de paciencia cuando en la calle quería leer todo lo que veía...y cuando había que parar en casa con lo que estábamos haciendo para sentarnos a su lado a escuchar por ejemplo trucos para pasar una fase de un vídeo juego.

Pero aún quedaba algo, la lectura en voz alta era muy lenta, pues no le gustaba nada hacerlo y debía mejorar. Otra vez tuvimos que poner las neuronas a funcionar.
Pero un buen día se me ocurrió que había un componente de la familia que aún no había ayudado en este proceso: ¡NUESTRA PERRITA LOLA!

Lola desde que llegó hace casi tres años a esta casa disfruta escuchando como yo le leo cuentos a Alberto antes de irse a dormir (algo que hago desde bebé, antes de que entendiese lo que le leía, antes de que el lenguaje oral tuviese significado para Alberto). La escena se repite a diario, Alberto metido en camita, yo me tumbo a su lado, lo abrazo y le leo un cuento (o dos, pues uno lo escojo yo y otro él) y Lola apoya su cabecita en la cama, mirándonos muy atenta,quieta y calladita,como si ella también estuviese atendiendo al cuento.

Un día le dije a Alberto que a Lola seguro que le encantaría que él le contase un cuento. Alberto escogió uno, se sentó al lado de Lola en la alfombra y allí estaban los dos, él leyendo y ella escuchando todo quieta y atenta. Pero para que veáis cómo lo hacen nada mejor que ver este vídeo y fotos con los que he hecho un montaje. Espero que os guste tanto como a nosotros.