En el segundo día en Madrid fuimos a Faunia. Alberto quedó prendado de los pingüinos y de hecho no pudimos salir de allí hasta que le compré uno de peluche. No le gustó nada los reptiles y la sala de dinosaurios, decía que les tenía miedo. Se divirtió mucho dándole de comer a los patos y las cabras...En fin que fue un día muy completo y divertido aunque pasamos un poco de calor.
Enlace: Faunia
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